martes, 24 de mayo de 2016
martes, 11 de noviembre de 2008
Pelotas de colores
La sucia y turbia quebrada la Madera separa a Bello de Medellín y así comienza líquidamente este municipio aledaño al Valle de Aburrá cuyo primer barrio, llamado Las Cabañitas, se pavonea con casitas que parecen de campo y ocupan 3 manzanas al frente de Solla.
Este barrio ha visto a las mismas personas vivir allí por años y décadas sin tener a un morador nuevo en el sector, todo lo mismo, todos los días, hasta que la muerte se posa sobre el veterano “chuchumeco” de turno y después de los ritos funerarios y las visitas y lamentos de los vecinos más allegados los familiares del difunto ceden el turno a otras familias para convertirse en “cabañitenses”. Y así las pelotas de colores que caen del cielo, los caballos perdidos que recorren la quebrada y espantan gallinazos y el tenebroso celador nocturno llamado por todos “Tío” empiezan a ser parte del paisaje de estos nuevos habitantes.
Este barrio ha visto a las mismas personas vivir allí por años y décadas sin tener a un morador nuevo en el sector, todo lo mismo, todos los días, hasta que la muerte se posa sobre el veterano “chuchumeco” de turno y después de los ritos funerarios y las visitas y lamentos de los vecinos más allegados los familiares del difunto ceden el turno a otras familias para convertirse en “cabañitenses”. Y así las pelotas de colores que caen del cielo, los caballos perdidos que recorren la quebrada y espantan gallinazos y el tenebroso celador nocturno llamado por todos “Tío” empiezan a ser parte del paisaje de estos nuevos habitantes.
Seguridad
Las Cabañitas ha sido un lugar tradicionalmente pacífico, en donde los días transcurren sin mayores eventualidades, pero la paz se ha visto turbada de vez en cuando por los ladrones ocasionales que acechan a peatones incautos mientras se dirigen hacia su trabajo, colegio o universidad. Esculcan bolsos, loncheras y hasta cuerpos en busca de tesoros incalculables como radiecitos, celulares o diez mil pesos.
Solla, la empresa de alimentos para animales, ha sido un referente geográfico de los “cabañitenses”:
-¿Vos por dónde vivís?
-En Bello, al frente de Solla.
El olor a cuido siempre ha estado allí y sus sonidos interminables de fábrica insomne desvela a los habitantes de este barrio, quienes abren sus ventanas despelucados y con ojeras, para quejarse a medianoche del traqueteo de Solla que no deja dormir.
Cae una pelota amarilla.
La amistad y la convivencia ha sido una constante en Las Cabañitas, la “probadita” de natilla y buñuelos entre los vecinos en diciembre y las conversaciones de balcón a balcón lo demuestran. Todos se saludan con sonrisas cuando se encuentran por la calle yendo por la leche o para misa.
Solla, la empresa de alimentos para animales, ha sido un referente geográfico de los “cabañitenses”:
-¿Vos por dónde vivís?
-En Bello, al frente de Solla.
El olor a cuido siempre ha estado allí y sus sonidos interminables de fábrica insomne desvela a los habitantes de este barrio, quienes abren sus ventanas despelucados y con ojeras, para quejarse a medianoche del traqueteo de Solla que no deja dormir.
Cae una pelota amarilla.
La amistad y la convivencia ha sido una constante en Las Cabañitas, la “probadita” de natilla y buñuelos entre los vecinos en diciembre y las conversaciones de balcón a balcón lo demuestran. Todos se saludan con sonrisas cuando se encuentran por la calle yendo por la leche o para misa.
Por la casa...
También hay vecinos revoltosos, pero que han perdurado a través del tiempo en Las Cabañitas, son los que sacan, sueltan, largan, todos las mañanas a su perra a hacer popó y ésta atraída por una fuerza magnética extraña descarga sus tripas en el garaje de la vecina más temida de Las Cabañitas: Doña FULANA.
-¿Aló?
-Vea su perro se volvió a cagar en mi casa
-(Silencio)
-Yo no tengo perros porque no me gusta limpiar la mierda de nadie, amarren a esa “chanda” que se las enveneno
Toda la familia de Doña Fulana vive en la misma cuadra: Perano, esposa e hijos (y ocasionalmente nietos) viven en la casa amarilla, cuatro más abajo, donde hay un farolito están las “muchachas”, hermanas de Doña Fulana, dos libres y por eso alegres señoras que comparten un techo y viven sus vidas de solteras, separadas o divorciadas como Dios manda (nadie sabe exactamente sus verdaderas historias amorosas) y por último está la casa de Doña Fulana: 2 hijas, 1 esposo, cero perros.
Cae una pelota roja.
Lo extraño...
También hay vecinos revoltosos, pero que han perdurado a través del tiempo en Las Cabañitas, son los que sacan, sueltan, largan, todos las mañanas a su perra a hacer popó y ésta atraída por una fuerza magnética extraña descarga sus tripas en el garaje de la vecina más temida de Las Cabañitas: Doña FULANA.
-¿Aló?
-Vea su perro se volvió a cagar en mi casa
-(Silencio)
-Yo no tengo perros porque no me gusta limpiar la mierda de nadie, amarren a esa “chanda” que se las enveneno
Toda la familia de Doña Fulana vive en la misma cuadra: Perano, esposa e hijos (y ocasionalmente nietos) viven en la casa amarilla, cuatro más abajo, donde hay un farolito están las “muchachas”, hermanas de Doña Fulana, dos libres y por eso alegres señoras que comparten un techo y viven sus vidas de solteras, separadas o divorciadas como Dios manda (nadie sabe exactamente sus verdaderas historias amorosas) y por último está la casa de Doña Fulana: 2 hijas, 1 esposo, cero perros.
Cae una pelota roja.
Lo extraño...
Las plumas negras de un gallinazo se mueven vertiginosamente hasta alzarse sobre Las Cabañitas para divisar desde allí los restos de un sancocho, o en su defecto, y en el peor de los casos, de un muerto y lanzarse en picada y esquivando los cables de la luz para devorar unas sobras sangrientas, pero su banquete se interrumpe cuando el caballo perdido lo espanta al sentir invadido su territorio acuático de la Madera que se convirtió en su nueva casa desde que se perdió. Todos los días recorre la quebrada con sus ojos tristes, como un viejito con Alzheimer tratando de encontrar su casa.
Cae una pelota verde y otra naranja y otra rosada, aparecen en el patio de una de Las Cabañitas como si cayeran inexplicablemente del cielo. Los dueños del patio miran consternados hacia arriba a ver si pueden descifrar de dónde vienen tales regalos, pero sólo les salta a la vista un gallinazo aviador. Los hombros se encojen y la rutina sigue.
Cae una pelota negra.
Cae una pelota verde y otra naranja y otra rosada, aparecen en el patio de una de Las Cabañitas como si cayeran inexplicablemente del cielo. Los dueños del patio miran consternados hacia arriba a ver si pueden descifrar de dónde vienen tales regalos, pero sólo les salta a la vista un gallinazo aviador. Los hombros se encojen y la rutina sigue.
Cae una pelota negra.
lunes, 10 de noviembre de 2008
Gotas de pensamientos
La biblioteca España de Santo Domingos Savio se ve hermosa iluminada, su estructura negra se parece a la piedra del peñol, pero en una versión citadina. Pienso en todo lo que puede estar pasando en ese momento en el que veo por la ventana a la mole negra, una cosa parecida a la escena de Amélie en la que piensa en los orgasmos, los estornudos y cosas bien humanas, pero yo lo convierto en mi forma colombiana.
Cuántos niños estarán regresando a sus casas después de pasar todo el día confinados en la Biblioteca, la nueva modalidad de guardería, cuántos manes estarán fumando bareta en las esquinas, cuántas mamás estarán pensando en porqué no regresan sus hijos, cuántos…
Cuántos niños estarán regresando a sus casas después de pasar todo el día confinados en la Biblioteca, la nueva modalidad de guardería, cuántos manes estarán fumando bareta en las esquinas, cuántas mamás estarán pensando en porqué no regresan sus hijos, cuántos…
Rumbear en Medellín
Últimamente el barrio Colombia es el lugar de los rumbeaderos, opacando un poco al Lleras, a la Autopista Sur y a Sabaneta.
Todo empezó con Trilogía, una bodega con piso de cemento y paredes sin revocar que se fue convirtiendo lentamente en bar con música o banda en vivo a costa de nuestras borracheras. El éxito era el baterista, un hombre hermoso llamado Felipe, que tenía pelo largo y crespo, como dice Andrea Guzmán, y que conquistaba a todas las chicas.
Esta era la historia que le oía contar a mi hermana mayor cuando salía a rumbear allá y recuerdo añorar mis 18, o una cédula falsa, para poder ir a Trilogía.
El tiempo pasó y cumplí los 18, pero no fui, pasó un año y cumplí los 19 y ahí sí fui, estrenando bolso, con un bluejean que me servía nuevamente después de una dieta intensa y con 2 amigas del colegio y “unos manes ahí”. El lugar era diferentísimo a como me lo imaginaba, el escenario era una tarima circular giratoria en toda la mitad de la anteriormente bodega donde la banda tocaba y donde, para mi pesar, no estaba el baterista Felipe.
Todo empezó con Trilogía, una bodega con piso de cemento y paredes sin revocar que se fue convirtiendo lentamente en bar con música o banda en vivo a costa de nuestras borracheras. El éxito era el baterista, un hombre hermoso llamado Felipe, que tenía pelo largo y crespo, como dice Andrea Guzmán, y que conquistaba a todas las chicas.
Esta era la historia que le oía contar a mi hermana mayor cuando salía a rumbear allá y recuerdo añorar mis 18, o una cédula falsa, para poder ir a Trilogía.
El tiempo pasó y cumplí los 18, pero no fui, pasó un año y cumplí los 19 y ahí sí fui, estrenando bolso, con un bluejean que me servía nuevamente después de una dieta intensa y con 2 amigas del colegio y “unos manes ahí”. El lugar era diferentísimo a como me lo imaginaba, el escenario era una tarima circular giratoria en toda la mitad de la anteriormente bodega donde la banda tocaba y donde, para mi pesar, no estaba el baterista Felipe.
MercaPerla
La siguiente historia tiene nombres ficticios para garantizar al seguridad de su autos.
La tienda de por mi casa es la de doña Perla, una viejita, regañona, que ante su desparche montó una tienda para tener algo qué hacer en sus últimos años, además de joder.
La tienda primero era al frente de mi casa, buenas noticias para nosotros, pues podíamos salir en pijama y sin bañarnos a comprar la leche y el quesito que parecen ser insuficientes por más que se compre.
Claro que esto no es garantía de nada, tener una tienda al lado genera la idea de solucionar la mayoría de los problemas gastronómicos y de alimentación que se pueden tener en una casa, pero en nuestro caso, la tienda de doña Perla no es la solución.
Doña Perla suele olvidarse de los pedidos, no tener devuelta de 5.000 cuando se compró 4.500 en leche y quesito, o sugerir productos distintísimos a los pedidos cuando no hay. Por ejemplo:
-Doña Perla ¿tienen leche?
-No.
Pero hay tampico.
-Doña Perla ¿me da una cervecita?
-Ay no hay, ¿porqué no se lleva una malta?
Esa es nuestra doña Perla.
La tienda primero era al frente de mi casa, buenas noticias para nosotros, pues podíamos salir en pijama y sin bañarnos a comprar la leche y el quesito que parecen ser insuficientes por más que se compre.
Claro que esto no es garantía de nada, tener una tienda al lado genera la idea de solucionar la mayoría de los problemas gastronómicos y de alimentación que se pueden tener en una casa, pero en nuestro caso, la tienda de doña Perla no es la solución.
Doña Perla suele olvidarse de los pedidos, no tener devuelta de 5.000 cuando se compró 4.500 en leche y quesito, o sugerir productos distintísimos a los pedidos cuando no hay. Por ejemplo:
-Doña Perla ¿tienen leche?
-No.
Pero hay tampico.
-Doña Perla ¿me da una cervecita?
-Ay no hay, ¿porqué no se lleva una malta?
Esa es nuestra doña Perla.
Pura basura
Me pregunto ¿qué echan las personas a la basura? Además de servilletas, restos de comida y plásticos debe haber elementos que hablen de cada familia generadora de basura, que caracterice a quienes botan.
Hoy por ejemplo vi un tipo de caballito de palo alrededor de bolsas negras en la calle. Un palo de escoba con trapos amarrados en una punta y no pude evitar cuestionarme, ¿para qué utilizarían eso? A partir de ahí surgió mi reflexión entre la gente y las basuras y recordé una película en que el asesino en serie revisaba las basuras de sus víctimas para conocer sobre ellas, sus estilos de vida, sus costumbres, sus pruebas positivas de embarazo y así poder hacerlas sufrir, torturándolas con información.
De alguna manera me empeliculo, pensando en los recicladores. Aquellos manilargos que esculcan nuestras basuras, pero que podrían tener intenciones oscuras e ir tomando nota de nuestras vidas a través de los desechos hogareños.
Y hablando de recicladores hay una nueva modalidad más play de ellos que se transportan no a pie, ni en carro de rodillos, sino en una especie de mototaxi con furgón en donde depositan los plásticos, las botellas y cajas de cartón para llevarlas a algún lugar desconocido y venderlas por kilo.
Hoy por ejemplo vi un tipo de caballito de palo alrededor de bolsas negras en la calle. Un palo de escoba con trapos amarrados en una punta y no pude evitar cuestionarme, ¿para qué utilizarían eso? A partir de ahí surgió mi reflexión entre la gente y las basuras y recordé una película en que el asesino en serie revisaba las basuras de sus víctimas para conocer sobre ellas, sus estilos de vida, sus costumbres, sus pruebas positivas de embarazo y así poder hacerlas sufrir, torturándolas con información.
De alguna manera me empeliculo, pensando en los recicladores. Aquellos manilargos que esculcan nuestras basuras, pero que podrían tener intenciones oscuras e ir tomando nota de nuestras vidas a través de los desechos hogareños.
Y hablando de recicladores hay una nueva modalidad más play de ellos que se transportan no a pie, ni en carro de rodillos, sino en una especie de mototaxi con furgón en donde depositan los plásticos, las botellas y cajas de cartón para llevarlas a algún lugar desconocido y venderlas por kilo.
Tránsito incierto
El volcán es el apodo que yo le he puesto al relieve en la Autopista Norte, una falla geológica que provocó el movimiento de placas y por consiguiente el de la carretera debido a la humedad que permeó dichas tierras.
Como resultado tenemos tacos, falta de agua en las casas cercanas, habitantes desvelados por los pitos continuos de los carros atascados en tráfico e incertidumbre entre los que se desplazan en transporte público puesto que éstos no tiene rutas asignadas y escabullen el taco con todos los métodos posibles, así que aquella población pobre, que no tiene carro y que depende de los buses nos toca caminar kilómetros para llegar a un paso fijo del bus necesario.
"La ineptitud de los ingeniero colombianos genera subempleo"
Las dimensiones del trancón que produce este volcán son tales que vendedores de galletas, maní confitado y pandequesitos que normalmente están en los peajes se han trasladado al volcán, para aprovechar el hambre y el desespero de los transeúntes y hacerse su agosto.
Definitivamente el tránsito en Medellín es un caos y contrario a la lógica de cualquier paisa, al alejarse de la urbe, los tacos crecen.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)